Sergio… El sábado 12 de abril de 2008, dejaste de estar entre nosotros. Cuatro días después yo comencé a escribirte… Sergio… Necesitaba plasmar todo lo que sentía y recordaba, necesitaba contarte, hablarte, me parecía que de esta forma estaba mas cerca de ti… Necesitaba recordar muchas cosas para que no se me olvidaran, necesitaba escribirlas… ¿Por qué? Pensaba que si en algún momento perdía la memoria todos esos recuerdos los pudiera leer y rememorar. Además, así quedarán en herencia para tu hija, para que te tuviera un poco más cerca.
Sergio… Hace ya 10 años que no estás
entre nosotros y te sigo recordando, te sigo escribiendo y contándote como van
las cosas por aquí… Cómo se va portando
la vida con nosotros, todos los acontecimientos que han ido sucediendo al cabo
de estos años, te voy haciendo partícipe de las cosas buenas y malas que han
ido ocurriendo a lo largo de esta vida que estamos viviendo. Cuando algo va mal
siempre te pido ayuda para que tú veles por nosotros. Fuiste muy importante en
nuestra vida, aprendí muchísimo contigo y dejaste una huella imborrable en
todas las personas que te conocieron y te quisieron. Me da mucha pena que ahora
te estés perdiendo cantidad de cosas
buenas que nos ha ido dando la vida. Tu huella no se ha perdido, pues tu germen
floreció y estamos disfrutando de lo que sembraste. Vivir junto a tu cosecha de
vida es todo un placer.