miércoles, 6 de agosto de 2008

DESDE CANTABRIA, ARTURO GONZÁLEZ MOTA


El pasado día 12 de abril falleció en Avilés un compañero entrañable, Sergio
González Rendueles. En él he tenido siempre un referente de ayuda, colaboración y apoyo incondicional, pero me consta que todos los que llamaron a su puerta y le tendieron la mano, encontraron siempre la de Sergio al otro lado.
Sergio, militante ugetista desde hace más de treinta años, era natural de Gijón, se incorporó al mundo laboral en Madrid, en el Banco Popular Español. Con esta empresa llegó trasladado a Aviles, donde residía en la actualidad. Ocupó cargos en la Federación desde su llegada, primero en FEBASO y después en FeS. Era miembro de la ejecutiva estatal de la sección sindical del Banco Popular Español y desde todas sus responsabilidades siempre fue generoso e hizo llegar su fuerza, su impulso, su conocimiento e influencia mucho más lejos de Asturias, allí donde un compañero le necesitaba y él podía ayudar. Quizás esa fuese la palabra que mejor le definiese, ayudar. No podía Sergio permanecer en silencio si sabía que en algún lugar se le necesitaba, allí siempre estaba su aliento, su mano tendida.
Quiero poner nombre a una de las ayudas a las que me refería. Fue hace unos ocho
años, yo me encontraba en Asturias preparando las elecciones sindicales de mi empresa, allí la FeS se volcó ayudándonos y Sergio fue el más especial y entregado colaborador, allanando dificultades y acompañando siempre sus gestiones y visitas de cuantos medios fuesen precisos
en cada ocasión. Cuando celebramos las elecciones, obteniendo representación por primera vez en Asturias, Sergio ya estaba preocupado para ver como me podía ayudar en la siguiente candidatura que tenía que conseguir, Galicia. Él sabía de nuestra debilidad en esa región, pero
además del desconocimiento de la zona, estaba la escasez de medios con los que contábamos, y allí estuvo su mano, la que nos acercó a los compañeros de la Federación en Galicia, la que puso a nuestra disposición los medios humanos de su propia sección sindical en la zona, sin la cual hubiese sido imposible que coronásemos con éxito nuestra acción sindical, llegando incluso Sergio a acompañarme a Galicia y visitar conmigo a los candidatos. Es frecuente para los que estamos en organizaciones sindicales, políticas y sociales encontrarnos con personas de una calidad humana y solidaria impresionante, pero cuando alguien se vuelca contigo de la forma que lo hizo Sergio, cuando recorrías kilómetros y kilómetros y te encontrabas siempre que la ayuda de Sergio había llegado antes, cuando tenías momentos de flaqueza y Sergio con unos “culines” de sidra y su gran humanidad los desvanecían, cuando sabías que no había mes que Sergio dejara de llamarte para saber de ti, es cuando te das cuenta de que se fue un compañero entrañable para muchos, pero a ti… te dejo un gran amigo.
Tenía solo 52 años y una vida sindical y política plena, por sus servicios, por su lealtad y entrega permanente a la causa de los trabajadores. Ahora nos deja el recuerdo, el ejemplo y el dolor por tan sensible perdida. Estoy seguro Sergio de que, incluso ahora, y por ayudar a los que nos vayamos incorporando en el tiempo, organizarás tú entorno, sindical y políticamente.
Hazme un sitio a tú lado y mientras llega el momento descansa en Paz amigo..